La bioconstrucción se define como un mobiliario ecológico que con bajo impacto ambiental, construido con materiales naturales y que aprovecha los recursos naturales (el sol, la tierra, etc.) para facilitar el confort de su propietario.
El hecho de construir conlleva un considerable impacto al medio que nos rodea. La bioconstrucción intenta minimizar este daño en la media de lo posible.
Este tipo de construcción colabora a crear un desarrollo sostenible que no acabe con el planeta sino todo lo contrario; este modelo de construcción pretende ser un modelo regenerador y generador de desarrollo.
La vivienda también se tiene que adaptar a nosotros como la ropa que nos cubre la piel. Nos abriga y nos da cobijo.
La bioconstrucción respeta el equilibrio de la naturaleza así como la biodiversidad facilita la convivencia de todos los seres vivos.
Los datos del Instituto Worldwatch nos informan que más del 60% de los materiales naturales los están consumiendo las construcciones de cemento y ladrillo si a esto se le añade la actividad constructora producen el 50% de la contaminación y residuos del total.
Estas razones son las que promueven que cada vez sean más los seguidores que comprenden la necesidad de este tipo de construcción que no sólo garantiza la conservación y la viabilidad del medio ambiente, sino también su viabilidad económicat
Una bioconstrucción contempla varios factores siendo mucho más personalizada que la convencional.
Tiene en cuenta el clima del lugar donde se va instalar siendo más eficiente energéticamente, se adaptará al clima y al lugar para aprovechar al máximo los recursos naturales que le rodean. Por tanto con respecto a la vivienda tradicional tendrá menos coste energético.
Los materiales que se utilizan en las construcciones de este tipo son naturales: paja, corcho, celulosa, que no sólo producen un bajo impacto ambiental sino que tienen una gran capacidad aislante.
Los países del norte de Europa, al igual que Italia son los que más están desarrollando este tipo de construcción.
¿Qué pasa en España?
En España se está empezando a hacer, pero de manera individual en terrenos rústicos.
El problema reside en las autorizaciones por parte de los ayuntamientos que ya sea por desconocimiento o por intereses particulares de Arquitectos y/o Alcaldes, no se consigue fácilmente los permisos.
No se comprende, si no es por intereses económicos de particulares, que no se favorezca este tipo de construcción que nos garantiza la sostenibilidad SIN CAUSAR TANTO PERJUICIO AL MEDO AMBIENTE.
Y tampoco es comprensible que nuestras autoridades, políticos y demás séquito consientan esta situación. ¿No será que ellos también se favorecen del ladrillo y el cemento.
XIGLU TODO UN PROYECTO DE VIDA